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23 septiembre, 2011

EXPERIMENTAR

EXPERIMENTAR es aceptar el reto que nos brinda la vida. No se puede experimentar desde el miedo. El águila, si tuviese miedo, no volaría majestuosamente ni desde esas alturas... No importa en qué campo de batalla nos toca enfrentarnos con la vida. Unos serán más difíciles que otros pero eso no es lo importante. Los resultados, al final, serán todos iguales: llegado tu momento te mueres y sigues tu viaje. Lo importante es vivir con Conciencia y desde la Conciencia de SER. Lo válido es cómo te enfrentas a la vida y si serás capaz de dar lo mejor de tí. Ese es el reto. A pesar de las mil dificultades, contratiempos, trabas, injusticias, desamor... ¿serás capaz de trascender todos tus estados de miedo, rabia, frustración, etc, que se te irán presentando? Nos implicamos al 100% y lo hacemos con total entrega y entusiasmo. Atentos pero con confianza absoluta desde la conexión con nuestro Yo Superior. Aceptar el reto de vida implica EXPERIMENTAR y experimentar desde lo más profundo del ser significa entregarse al reto y maravillarse de todo lo que nos brinda la vida. Cuando se vive en conexión con la Madre Tierra desde el chakra raíz y también conectado con el Cosmos desde el chakra del corazón, la visión que se tiene de la vida y de uno mismo es totalmente de Unicidad con el Todo. Y ese es el mejor y único escudo para salir victorioso. Al aceptar el reto rompemos con toda rigidez física y mental en nosotros. Rompemos con los viejos esquemas. Rompemos con todos los condicionamientos. Y damos el SALTO...

18 septiembre, 2011

Cuando la Conciencia en nosotros se va ensanchando llega un momento en que es más grande y poderosa que la mente con la que acostumbrabamos a funcionar... de pronto, la sobrepasa y de alguna manera la "engulle" y la incorpora en sí misma... y eso vendría a ser lo que se llama la "mente superior". En la mente superior están las oficinas de los altos dirigentes. Ahí los despachos son de lujo, espaciosos. Ahí trabajan los más grandes creativos y sólo tienen acceso a ellos ejecutivos muy cualificados para trabajar a las órdenes del Supremo y del Absoluto. Así que, un buen día, el personajillo "yo" que se creía dueño y señor de la maquinaria pensante y centro del mundo entra en crisis profunda. Todo se le desmorona a su alrededor; entra en un estrés y angustia incontrolable intentando no perder su imagen construída con tanto esfuerzo y cae en un pozo profundo. La sacudida es tan grande que todos los muros que había levantado para engrandecer su ego se han hecho añicos y es entonces cuando -quizás por primera vez- desde su corazón pide humildemente ayuda a su alma y se rinde y acepta existe un Ser Superior y él es parte del Uno. Este encuentro le hace vislumbrar la Luz y la Verdad en sí mismo y le llega a su corazón directamente el entendimiento de la ilusión en la que vivía y de lo que es la Realidad. En ese despertar de la Conciencia su corazón se alivia y comienza a sentir paz. Ahora es la Conciencia quien le guía y él se deja llevar. Se da cuenta que el orgullo y la soberbia se alojan en la mente inferior y si eres débil caes en sus trampas y te esclavizan. Ahora que la Conciencia ha hecho limpieza en la mente y el ego ha sido reducido, el yo tiene espacio para crecer correctamente y vive conectado a su Alma. En la medida en que la Conciencia en nosotros se va desarrollando y el yo ya no pone más resistencias y deja paso a que sea el corazón quien gobierne nuestra vida, a partir de ahí la serenidad se vuelve un estado permanente en nosotros y es el sexto sentido, la intuición, quien dirije nuestros pasos certeramente. Desde la meditación y la oración. Desde la disciplina y el actuar correcto. Desde el respeto y el amor a nosotros mismos. Así logramos evolucionar como seres humanos y divinos que somos.

06 septiembre, 2011

Los hombres y sus madres

Los hombres han tenido una madre que los educase, aunque parece que muchos no han tenido esa suerte de tener una madre que los educase en el amor y el respeto por sí mismos y hacia la mujer. Los hombres se supone han tenido una madre que les han dado amor y desde esa viviencia ellos veneran a la madre y respetan a las mujeres, aunque parece ser que muchos no han tenido esa suerte de ser amados por su madre y no han conocido de pequeños, las virtudes y valores de la mujer. Hoy en día la mujer levanta la voz contra el hombre: el machismo, la violencia física y el maltrato psicológico que recibe por parte del hombre. Y ya era hora que se tomase conciencia y la Ley actuase contra las injusticias de género. Pero no se han encontrado soluciones válidas y justas. Cuándo nos vamos a parar a reflexionar -para poder corregir desde la base- que la primera persona que tiene influencia sobre el niño es la madre. La madre es la educadora. En sus primeros años de vida, tan primordiales para el desarrollo emocional y de conducta del niño, es la madre la que moldea su carácter ... entonces ¿dónde está la raíz del problema? y ¿es que acaso la violencia de género se soluciona con la cárcel? ¿por qué cuando se toca este tristísimo tema no se menciona también los cientos de suicidios por parte de hombres desesperados hasta límites insostenibles... Se pretende que hombres educados en el machismo e ignorantes de los valores de la mujer, cuando son mayores se comporten y reaccionen correctamente ante cualquier situación que se sale de sus patrones. Hoy he atendido un caso de un hombre de unos cuarenta años. Tiene tanto miedo a ser abandonado por la mujer, tanto miedo a no ser querido, que justamente consigue eso que teme; la mujer lo abandona porque la asfixia con su trato ... Cuando le digo que por lo general el hombre trata a la mujer según haya sido su relación con su madre, él baja la mirada y se apaga su expresión. Me cuenta desde una mirada muy triste pero sin emoción en la voz que su madre siempre le maltrató y le trató humillándole continuamente y con castigos muy crueles. Nunca le quiso y muchas veces le dejaba sin comer como castigo. ¡Hoy he sentido vergüenza como madre y mujer, por toda esa cantidad de madres y mujeres que maltratan a los hombres. Si una madre no es buena madre y no es buena educadora ha traído al mundo a un ser que será en potencia un desgraciado, un delincuente, un asesino, un maltratador, un violador... ¿Y cuál es el deber principal de una madre para con su hijo? Darle amor y educarlo en el amor y desde el amor y el respeto. Educarlo con valores para que sea un hombre de bien. Educarlo para que sea responsable consigo mismo y con los suyos. Pero sobretodo; la madre debe dar amor al hijo porque eso es lo que lo nutrirá para que sea el día de mañana un buen hombre, un buen esposo y un buen padre.

02 septiembre, 2011

La Ley de Causa y Efecto

Las viejas formas se están colapsando. Todos hablamos de "crisis" y tenemos miedos... como los niños asustados en la noche por la idea de los fantasmas. Son miedos vagos e imprecisos que añade la mente a nuestros problemas cotidianos y no sabemos afrontarlos ni frenarlos. Se hacen más grandes cuanta más realidad les demos ... los fantasmas se han apoderado de nosotros y ya "la crisis" no es tan sólo económica a nivel global sino que tenemos crisis en nuestras relaciones personales y con nosotros mismos...

Ahora podemos comprobar por propia experiencia que la Ley de Causa y Efecto es totalmente real. Tarde o temprano nos pasa factura. Si nos habíamos abandonado a nosotros mismos sin alimentar nuestro interior, indiferentes e irresponsables en el cuidado y alimento de nuestra alma -que es la que nos sostiene y guía-. Desatendido nuestro cuerpo mental y emocional. Sin desarrollar nuestras capacidades. Sin ser agradecidos a la Madre Tierra, muy al contrario, desde la soberbia; humillándola, ultrajándola...

Pues bien, ahora recogemos lo que sembramos. Hagamos lectura de todo ello, recapitulemos. Las crisis son oportunidades para aprender, limpiar, rehacer y mejorar.

Vamos a encender la Luz en nuestro interior...

Mejoremos nuestra actitud mental y desarrollemos el sentido común.
Creemos una disposición de ánimo más decidida y entusiasta.
Conectémonos con nuestro corazón y escuchemos nuestra voz interior.

Estábamos apoltronados en la inercia de una vida materialista facilonga. Ahora no toca la queja y el victivismo o echarle la culpa al otro.

Ahora toca despertar.