Un Camino de Vida

Necesitamos conectar con nuestra alma, con nuestro corazón, con nuestro ser o como queráis llamarle a esa parte en nosotros que es eterna y necesita de espacio para poder vibrar y estar en sintonía con la frecuencia del Universo.

Existen diferentes formas para conseguir ese equilibrio necesario entre el cuerpo físico, el cuerpo mental/emocional y el cuerpo espiritual.

REIKI es una herramienta que nos prepara para hacer un Camino de vida desde dentro; teniendo la Mente y el Corazón enlazados.

REIKI es altamente efectivo si lo incorporamos en nuestra vida cotidiana porque nos permite utilizar la energía vital en los procesos de recuperación de nuestro cuerpo físico, mental-emocional y en el desarrollo de nuestra alma.

Utilizando las manos como instrumentos para percibir, desbloquear, limpiar, equilibrar y proyectar energía superior nos sanamos a todos los niveles.

Siguiendo las leyes naturales de la auto-sanación podremos trabajar con nosotros mismos en la transformación de energía estancada y enferma. Podremos energetizar zonas debilitadas. Podremos revitalizar el sistema inmunológico. Podremos sanar en nosotros traumas pasados y todas las heridas emocionales y estados de miedos, ansiedad, angustia, rabia, etc. que nos afectan y bloquean.

Cuando escuchamos en nuestro interior una fuerza que nos pide un CAMBIO en nuestras vidas ES EL MOMENTO.

REIKI es un valioso regalo y nunca es casualidad cuando llega a nosotros. Aprovéchalo.

Nuestro cuerpo físico en el olvido...

Vivimos en el cuerpo físico pero éste está desconectado de nuestra mente que funciona "por libre" y a su antojo. ¿Cómo repercute en nuestro ser el hecho de que nuestra mente ignore a nuestro cuerpo físico?

Lo que ocurre es que, como resultado a esta desconexión, no somos capaces de escuchar o sentir el dolor de nuestro cuerpo a tiempo sino cuando ya ha producido un fuerte malestar o daño.

No le atendemos cuando nos avisa que está cansado y por eso hacemos sobreesfuerzos que son tan perjudiciales a la larga y que debilitan también a nuestro estado anímico; produciéndonos irritabilidad, tensión, ansiedad...

Una enfermedad no aparece de un día al otro. El cuerpo siempre nos avisa; pero nosotros somos sordos y ciegos: tenemos desconectada la mente del cuerpo físico. La Mente nos domina y desde ese dominio opera de forma arbitraria y dictatorial.

No sabemos DESCANSAR, destensarnos, relajarnos. Y menos aún, recargarnos de energía y almacenarla...

Ten consideración por ti mismo. El sobreesfuerzo, la autoexigencia, los miedos, la inseguridad, etc. todo eso viene de una mente dominadora. Hay que salir de la mente, doblegarla, ponerla en su sitio para que le deje espacio al corazón y a la intuición, y sólo entonces tendremos claridad mental y paz interior.

La Mente a nuestro servicio.

Para una persona normal, quien dirige su vida, es la Mente. La Mente crea la inseguridad y los miedos.
Cuando en nuestra vida nos damos cuenta de que somos dirigidos por nuestra mente y ella nos está arrastrando hacia la infelicidad, es cuando debemos pararnos en seco y decir ¡basta!. "Yo no soy una mente. TENGO una mente".
Si realmente queremos que haya un cambio radical en nosotros tenemos que poner a la Mente en su sitio. Convertirla en nuestro sirviente.
Para ello debemos ir cambiando hábitos y patrones en nosotros. Pero sobre todo, la herramienta más útil para ello, es la respiración consciente y la meditación, de forma regular.
Sé tu mismo. Ten consideración por tí mismo. Vive desde el corazón y serás entonces feliz.