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30 noviembre, 2011

Darse uno mismo...

Hace ya once años que mi vida dio un tremendo vuelco hasta el punto que sentí cómo moría en mí el "personaje" -la idea que tenía de mí misma- y viví entonces en un espacio y tiempo totalmente vacío; me había quedado en blanco... ¿cómo explicarlo? ... la tierra se abrió bajo mis pies y fui a parar a la Nada, en donde ni siquiera hay aire para respirar y tus órganos dejan de funcionar, la sangre deja de correr por las venas, el corazón deja de bombear... No importa por cuánto tiempo, eso es lo de menos. Porque aunque sólo fuese por un instante, también los instantes pueden ser eternos. Así que, viví esa experiencia de morir en vida y dejar de ser. Pero eso no fue lo peor, lo peor vino después, cuando volví a la vida, sin saber quién era. Totalmente despertando a una realidad a la que hasta entonces mi existencia había permanecido en el limbo... dejándome llevar por las circunstancias, por agradar a otros, por debilidad y fragilidad de mi ser... Debió suceder que mi alma, por su cuenta, se rebeló, dijo basta a una vida agriamente sin sentido, y me cogió por sorpresa, no dándome tiempo a reaccionar... el caso es que una vez que las funciones de mi cuerpo y mente se pusieron nuevamente en marcha -como una vieja locomotora- pues todo esto me sucedía con mis cincuenta años más que cumplidos, me paré sobre mis pies decidida a descubrirme y reconstruirme. Para esta transformación y realización de mi ser debo decir, para ser enteramente sincera, que recibí muchísima ayuda desde planos superiores, de ángeles y de Dios mismo, con toda certeza. Me empezaron a llegar "regalos" que me iban marcando el camino a seguir. Uno de ellos fue una invitación a un curso de "Respiración Holotrópica" que debe ser parecida a la técnica de "Renacimiento". Estábamos una veinte personas acostadas en el suelo con los ojos tapados. Un médico y cuatro ayudantes iban a supervisar el trabajo de desdoblamiento de conciencia que ibamos a experimentar. Yo no tenía ni idea de lo que eso significaba o podía llegar a ser. Nos dieron la instrucción de respirar muy fuerte y sin pausa por la boca. Nos ordenaron que no debíamos abrir los ojos o levantarnos bajo ninguna circunstancia y que si queriamos algo debiamos levantar la mano y alguno de ellos acudiría a ayudarnos. Pusieron música de percución muy alta y comenzó la cosa. A los pocos minutos levanté la mano. Muy obedientemente no había abierto los ojos ni había salido corriendo como había sido mi primer impulso y le dije que no quería seguir allí, tenía mucho miedo, me estaba mareando, tenía claustrofobía y todos los males. Me tranquilizaron, me animaron a seguir, uno de ellos se quedó a mi lado guiándome y prometiéndome que pasado esa primera parte, hasta conseguir la apertura de Conciencia, luego sería una experiencia maravillosa. Seguí con la respiración al ritmo de la música frenética, tenía ya los brazos rígidos y con muchísimo dolor, como si tuviese los dedos metidos en un enchufe y estuviese pasando por todo mi cuerpo una descarga eléctrica. Mientras tanto me decía a mi misma que ni por un millón de euros volvería a repetir esta experiencia. De pronto, hubo una explosión dentro de mí, y desde mi cuerpo físico ví como mi alma salía del cuerpo hacia otras dimensiones. Y entré en una calma y quietud absoluta. Entre las distintas experiencias que viví allí hubo un mensaje que entró directamente en mi corazón "eres dadora de luz" ... Hubo más cosas pero mi relato lo quiero centrar en esa frase que por mucho tiempo no tuvo ningún significado o sentido para mí. Pero ahora, cuando el puzzle de mi vida ya está casi terminado, entiendo qué quería decir y sobre todo, ahora sé, que no existen las coincidencias o casualidades y yo fui guiada a cumplir con mi propósito de vida. Al poco tiempo después yo me inicié en el Reiki y seguí el proceso de aprendizaje hasta hacerme maestra y llevo ya ocho años impartiendo cursos, me dedico a la sanación energética y también como facilitadora en el entrenamiento para la nueva conciencia. Por encima de la satisfacción propia, los apegos y los propios intereses, existe un Amor que lleva a darse uno mismo. Entendí y resonó en mí corazón la frase de "eres dadora de Luz". Muchísimas veces me obligué a mi misma a reconsiderar el significado sobre la energía del AMOR INCONDICIONAL con el que el Reiki trabaja para sanar. La acción de dar Amor bajo su forma más pura es lo que enseña el REIKI. Primero con uno mismo. Después conscientemente con uno mismo. Luego, cuando renaces en un acto de abnegación donde surje el Amor, entonces, es cuando se da a los demás de forma incondicional .

1 comentario:

martica dijo...

Uuuuuaauuu! Qué experiencia; es fascinante...

Gracias por compartirla Cris