Es bueno gritar, si después cantas.
Es bueno vaciarte si después procuras llenarte de Amor.
No dejes que el niño se vaya a dormir con el enfado.
Abrázale y cuéntale un cuento mágico
que le abra las puertas a la ensoñación.
Cuando estás arriba, en ese instante,
sintonizas con la Belleza Prístina
sintonizas con la Belleza Prístina
y sientes el vértigo del Poder de lo Innombrable.
Intuye tu corazón una grandeza infinita en tí.
Sal de la creencia y comienza a experimentar.
Percibe, siente, vibra.
No sacrifiques tu ser esencial, quien eres.
Siente el Amor de Dios, coincide con Él,
dentro de tí, fuera del tiempo,
fúndete con la Divinidad y colúmpiate.
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