Me quedé sin saber que decir por unos momentos que me parecieron a mí bastante largos. Pero finalmente le dije en el mismo tono que ella había empleado, más o menos así: "Bueno, te guardo la plaza por si hay un error de cálculo, vale?" y riéndonos nos dimos un largo abrazo.
Ayer que reanudamos las clases volví a verla; como siempre guapísima por la luz que desprende. Dice -bromista como es- que los médicos nuevamente le han vaticinado que no llegará a las navidades y no podrá comer turrones.
Yo creo firmemente que, cuando nos hacemos conscientes de que somos ENERGÍA, podemos cambiar el curso de nuestra vida desde dentro; ahí radica la ciencia de los milagros.

Sencillamente cambiamos de Plano. Y la noticia debería ser dada y vivida como la del alumbramiento de una nueva criatura. Es tiempo de celebración. Preparémonos para ampliar nuestra Conciencia hacia la Conciencia de la Totalidad.
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