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15 diciembre, 2010

La Mente como enemiga


El Ego, que tiene su casa en la Mente, grita, patalea, se siente víctima, amenaza, saca la espada de su orgullo herido, arremete contra todo temiendo perder el control de su poder. Llora y se lamenta, se siente desgraciado y humillado...
Mientras, la Conciencia, observa desde la calma a ese personaje fatuo y engreido que se siente más importante que el mundo entero.

La Conciencia es paciente pero firme. Es compasiva pero no tolera la mentira y la hipocresía. Por mérito propio reside en esferas superiores y solo acude cuando la mente la llama pidiéndole ayuda y le cede el lugar privilegiado que merece y desde donde puede actuar, apasiguando a la mente angustiada.

En la Mente viven los miedos, la fantasía, la duda y la ambición. La Conciencia se abre paso a través de todas estas energías de pensamientos negativos para dar LUZ y despejarla de tensiones y todo lo que la oprime.

La Mente, cuando no se desarrolla, se mueve de forma descontrolada y conflictiva. Podemos desarrollarla y ponerla a nuestro servicio cuando, sintonizada con la Conciencia, fluyen en armonía y nos ayuda en nuestra evolución.

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