Viajar fuera

me ha costado volver a casa... muchas emociones y tristeza de dejar parte de la familia tan lejos. Aún así, todo ha sido muy positivo; los encuentros siempre saben a poco. Pero luego, a la vuelta de lo cotidiano, cuesta reencontrarse con lo viejo de uno mismo... en lo nuevo está la frescura,lo novedoso y el entusiasmo por "salir". Resulta más fácil mostrar lo mejor de uno mismo cuando se va de visita, cuando uno está de paso y ha dejado atrás el trabajo y las responsabilidades.En los viajes nos cargamos de ilusiones, estamos dispuestos a abrirnos a nuevas experiencias. Estamos más desinhibidos y abiertos. No sólo se trata de salir fuera de la ciudad o del país... es un poco viajar fuera de uno mismo.

Aceptación es igual a LIBERACIÓN

Para aceptar las situaciones o personas que nos han herido en el pasado, la Mente se tropieza primero con las resistencias del Ego (el rencor, la rabia, el resentimiento...)Y más en el fondo, el Alma, se tropieza con las resistencias de la propia Mente... cuando dice que sí ha aceptado pero no da el paso siguiente; la conversión del sufrimiento en aceptación. Ahí está la LIBERACIÓN. Este es un salto al frente real y consciente. La Mente tiene que encontrar la forma de conectarse con el Corazón para que éste le ayude a vaciarse de todos los sentimientos negativos y poder curar así las heridas. Cuando finalmente se funden Mente y Corazón es cuando sucede sinceramente la admisión y acogimiento de lo sucedido, tal cual fue, pero observándolo desde el desapego emocional. No sólo con desearlo o decirlo desde la Mente se cierran las lesiones del Corazón. La aceptación de lo que ha ocurrido en nuestra vida y que nos ha lastimado, sucede desde el despertar de la Conciencia y desde la comprensión de la dimensión real de nuestro Ser. Ahora es cuando se expande nuestro Ser.