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27 abril, 2006

Agradecida de recibir "un toque"

Me había levantado con la autoestima por los suelos. Sin ánimo y sintiéndome sola y desgraciada. "Cada uno va a lo suyo", era la frase machacona que insistentemente aparecía en mi mente como recordatorio cruel y despiadado de mi situación.


Salí a la calle sin poder disimular una expresión encogida y defensiva de perro apaleado.

¡Qué mal se ve el mundo cuando uno está mal!...

Me fui a Calderería donde está el barrio de los árabes pues quería comprar carbón para quemar incienso. Al llegar allí me dice el vendedor que sólo le queda un paquete, y sin que yo habra la boca, me dice que por ser su primera clienta del día me lo regala para que le de suerte. Envolvió el paquetillo con suma delicadeza y me lo tendió con una gran sonrisa.

En el siguiene puesto que había en la calle, un muchacho llenaba bolsitas de celofán con te pakistaní según pude ver por los trocitos de canela y cardamomo. Le pregunté cuánto costaba la bolsita y me contestó que 3 euros. Iba a seguir mi camino pues me pareció caro para mi economía, pero el muchacho, tendiéndome una bolsita me dice "se la regalo". Yo me quedé mirándole, escudriñando sus ojos alegres. Repitió la oferta "tome, se la regalo". "Por qué", le pregunté desconfiada y para mis adentros le decía "si nadie regala nada, si cada uno va a lo suyo".

El muchacho no respondió, sólo me miraba sonriente y con la mano tendida. Cogí la bolsita y en ese mismo instante me cambió el ánimo. Sentí alegría y mucho amor. Seguí mi camino siendo mi corazón quien me llevaba.

Me alegré entonces de sentir el sol; su luminosidad y su calor. Me alegré de que mis piernas tuviesen la fuerza suficiente para sostenerme y llevarme con libertad. Me alegré de sentir mis brazos y manos figorosos para sostener, acariciar y abrazar. Me alegré de tener mis facultades despiertas; oir, ver, gustar... Me alegré de sentir la conexión perfecta de mi espíritu con la Energía Cósmica... y que me diese un toque para que fuese más agradecida.

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