Páginas

10 julio, 2007

EL CIELO Y LA TIERRA

Las dos fuerzas o energías fundamentales que nos impulsan y alimentan nuestros fluidos vitales vienen del Cielo y de la Tierra.

Lo anímico inferior descienden a la Tierra. Las energías de la Madre Tierra nos atraen hacia ella y nos enseñan, -si dirigimos la mirada interior hacia abajo-, a saber obrar, a saber estar. Y a percibir su sabia guía. Es bueno aprender a anclarnos a la tierra. Luego, las energías densas retornarán a su origen.

Lo anímico superior asciende a lo alto. Las energías del Cielo nos aspiran y, -si dirigimos la mirada interior hacia arriba-, sentiremos nuestra conexión con lo divino. Cada vez con mayor certeza y fuerza. Las energías espirituales luminosas se elevarán cuando dejemos este cuerpo físico y seguirán su viaje.

Ya es hora de que nos desprendamos de falsas ideas y patrones de vida restrictivos para el desenvolvimiento de nuestro ser esencial. Romper con viejos moldes de BUENO/MALO. Culpa, castigo... resulta una forma obsoleta y castrante de vivir la vida.

Vamos a sentirnos como energías que somos y dejarnos fluir. El espíritu no está ligado a sitio alguno.

Despertar la Conciencia. Limpiar y restaurar nuestra aura. Purificarnos como canal que somos de la Energía del Amor Puro Universal. Centrar nuestra vida emocional aceptando lo inevitable, sin dejarnos arrebatar por ninguna pasión mundanal, nos librará de toda preocupación.

El ser humano es un microcosmos. Y se da perfecta cuenta de ello cuando está conectado al Cielo y a la Madre Tierra.

No hay comentarios: