Hay quien vive una experiencia y le da salida con la idea de hacer que los demás tengan una creencia sólida sobre su experiencia. Sin saber que las experiencias se pueden compartir sólo para inspirar a otros a que vivan sus propias experiencias, que es lo único realmente válido.
En el transcurso de la vida se viven muchas situaciones especiales las cuales las llamamos EXPERIENCIA cuando sacamos una lección de ellas, cuando la misma sirve para crecer y desarrollar nuestra comprensión sobre la vida y nosotros mismos.
Es bien verdad que no todos o no en toda ocasión, somos capaces de percibir el fondo de la situación que vivimos y la enseñanza que sacamos de ella queda diluida en el auto-engaño. También es importante saber que la experiencia es fructífera cuando la vivimos desde la Conciencia y sirve para expandirla.
Vivir nuestro presente conscientemente es desarrollar nuestro Ser a través de las experiencias cotidianas, por pequeñas y sencillas que sean.
Es verdad que, los años no nos hacen más sabios a no ser que los vivamos conscientemente. Cuántas personas hay que al no sacar una enseñanza de la propia vida repiten una y otra vez los mismos errores, a base de justificarse y no querer ver su actuar incorrecto… la vida entonces, al final, ha sido poco provechosa...
Si estamos abiertos a experimentar lo que la vida misma nos va poniendo delante entonces podremos utilizar el discernimiento para descubrir cosas nuevas, rompiendo con esquemas y creencias –de otros- limitantes.
Es siempre mejor EXPERIMENTAR por uno mismo que seguir creencias de otros… mejor convertirnos en exploradores de nuestra propia vida...
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