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19 enero, 2012

Los niños pobres

Cuando eras niño, recuerdo que para ti los niños pobres eran los que no tenían sonrisa para alegrarse... o no tenían alegría para sonreir... Me gustaba escucharte, porque creabas nombres hermosos para regalárselos -decías- a los niños pobres. Te entusiasmaba pensar que podías ayudar a hacer feliz a otro niño .... lo veías tan fácil. Los niños son capaces de hacer eso y más mientras son inocentes y puros. Tienen otro sentido de la pobreza, de la alegría... mi hijo no se fijaba en la pobreza física pero sí le sorprendía y le preocupaba la falta de alegría en los demás niños. Observabas a niños con mirada pobre o a niños con falta de ilusión o a niños a los que les habían quitado la esperanza... en realidad estábamos viviendo en un país muy pobre y ese paisaje urbano de extrema pobreza era de lo más normal. Son niños que, desde bien pequeños, se ven obligados a trabajar de forma miserable; les han robado su niñez y su derecho a crecer y aprender jugando. Ya se encarga la vida y los adultos pobres de alma, de vaciar la mirada y el corazón de los niños. Y también de empobrecerlos en las aulas haciéndoles perder el entusiasmo por el conocimiento y la vida misma. Cada parte del mundo; el rico y el pobre, los países desarrollados y el tercer mundo, cada uno con sus problemas e injusticias propias. Pero sobre todo con los más débiles. Qué difícil deshacer y desaprender las creencias inculcadas desde el egoísmo y la soberbia. Qué difícil reconquistar la inocencia.

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