Páginas

24 agosto, 2011

Mi gata

De pronto me he dado cuenta de que he moldeado mi estar cotidiano acorde a las circunstancias de vida con mi gata. La tengo desde hace cuatro meses. No me entusiasman los gatos pero la acogí entonces porque me mudé a una casa con jardín y eso hacía posible una convivencia con un animal doméstico.

Como no la quería dentro de la casa he mantenido todo este tiempo de verano dos puertas que dan al patio cerradas. Es una gata jovencita por educar y yo no entiendo de estas cosas ni estaba por la labor.

Pero hoy me he levantado con determinación a hacer cambios. He abierto todas las puertas y ventanas y me he puesto a limpiar a fondo la casa, deseando se airease completamente; necesito aire fresco... me doy cuenta de que yo tampoco he salido de casa todo este tiempo. Con tanto calor he estado pegada al ventilador.

Ha sido muy curioso. Primero, ver la cara de sorpresa de mi gata -se llama Gatuna-.
Después, desconcierto total en sus ojos, pues no le he prohibido entrar y la he dejado a su aire pasearse por la casa.

Me he tenido que reir. ¿Cómo no he sido capaz de ver esto antes?

Ahora tengo las puertas que dan al jardín abiertas de par en par. No necesito tener el ventilador en marcha. La Gatuna está pensativa preguntándose qué me pasa que he cambiado de actitud... me mira...

Es el momento de que lleguemos a un acuerdo.

No hay comentarios: