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04 mayo, 2006

Problemas de "todo a cien"

Tengo que hacer un ejercicio diario de desapego; de subir al plano donde se hace más evidente y real el que las emociones y el sentimentalismo no son nada más que una carga inútil.

Desde ese plano se observa uno mismo con perspectiva desapasionada y se relativizan las las cosas de este mundo... Desde ahí, toma fuerza el que esta vida es muy corta y hay demasiadas cosas que nos distraen y alejan de lo verdaderamente importante; nuestro ser primordial eterno, al que tenemos que aligerar de la carga del egoísmo, que no le permite avanzar.

Nuestro espíritu, apoyado por el alma que le reviste, reclama su espacio y de ahí que, muchas veces, sin saber porqué, nos sintamos con ansiedad, angustia o en conflicto con nosotros mismos. Nuestro espíritu añora su condición divina.

Trascender el plano material significa entrar en contacto con nuestra Conciencia, quien nos hace de guía y nos ayuda a realizar el viaje interior hacia el mundo Oculto de lo divino.
Esto no son sólo palabras, quien está preparado para escuchar, reconoce la Verdad desde su corazón, que es el oído interno.

La vida, vivida desde el corazón, cobra tal luminosidad y vibración, que sobrecoge su belleza. Pero es el egoísmo; ceguera de nuestro yo. Nuestra continua queja por todo; la que nos hace sordos. Nuestra avaricia, la que enferma a nuestro corazón, por tanta herrumbre de odios, rencores y venganzas... todo ello, es lo que no nos permite ser.

Mi ejercicio diario es recordarme que soy un ser de luz. ¡Soy un ser de Luz! No importa mi historia personal. No importa, porque eso no daña ni afecta a mi espíritu. Por eso quiero vivir mi vida cotidiana en contacto con mi espíritu; él siente desapego pase lo que pase. Él relativiza los problemas, los desarma con una parsimonia y desapasionamiento sorprendente y luego me los muestra como si fueran juguetes de plástico del "todo a cien"... no sirven para nada; se tiran a la basura después de diez minutos de examinarlos.

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