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01 mayo, 2006

La verdad de las mentiras

Yo soy miope, así que llevo gafas graduadas para poder ver con claridad, con nitidez. Sin ellas me siento muy insegura porque veo borrosas las caras y todo es para mí muy impreciso. Sin embargo, tengo amigas con el mismo problema y no las utilizan, porque su sentido de la coquetería y la belleza es superior a reconocer que las necesitan y prefieren no ver a no ser vistas (bellas, según ellas).

Esto no tiene ninguna importancia, por supuesto, cada uno hace lo que quiere. Pero hoy, que me he levantado muy susceptible conmigo misma, me pregunto (le pregunto a mi yo) cuántas verdades me esconde o cuántas mentiras disfrazadas me cuela como verdades.


Tengo momentos de duda sobre mi persona... a veces me siento actuando.

Ante todo quiero ser honesta conmigo misma pero soy consciente también de que el ego -que es como un bufón lisonjero que se vende al mejor postor- siempre está, astuto como es, atento a salirse con las suyas y se disfraza; ahora de princesa venida a menos o de rompedora superwoman.

¡Quiero crecer! porque aquellos que no aspiran crecer permanecen pequeños: pequeños sus goces, sus vivencias, su horizonte, su libertad...

Quiero descubrir las mentiras que se esconden entre las verdades. Quiero, ver y oir desde el corazón.

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