Pero no sólo eso, además, algunos llevan todavía chupete y, todos, algún tipo de caramelo, también por comodidad de la madre: así el niño va calladito y no molesta. (No os sorprendais de la obesidad infantil tan preocupante que hoy existe).
¿Qué pasa con todos estos niños que tienen su creatividad paralizada, que nunca han podido expresarse ni comunicarse? Y cuando ya desesperados lo intentan es a base de gritos, pataletas y llanto... o sea, no existe equilibrio en la relación primera entre un niño con su madre: demasiado estrés.
¿Qué pasa con la madre; que por tener tantas ocupaciones y exigencias consigo misma, se ha vuelto irritable y nerviosa, y ya no disfruta como madre?
¿Qué pasa con la mujer; que ha dejado de ser esclava de otros para ser esclava del sistema y de ella misma?
L

Sencillamente, se ha ido al otro extremo. Ha confundido la liberación de género y la búsqueda de la igualdad social por querer igualar (imitar) al hombre en todos sus aspectos mundanos, perdiendo así, lamentablemente, su naturaleza femenina y valores innatos, como si de algo vergonzoso se tratase.
Reflexionemos, ¿Queríamos llegar a ser, en realidad, las personas en que nos hemos convertido? Porque los hombres tienen también muchas cosas en las que pensar para alcanzar la paz interior. ¿no es cierto?
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