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21 julio, 2006

¿Qué pasa?

Observo la forma en que se trata a los niños hoy en día. Cada vez más, los niños son llevados por la calle, sentados, en los carritos. Los he visto con 4 y 5 años, con cara de hastío y resignación, forzados a la inmovilidad, por culpa de la "comodidad" de la madre que prefiere empujar un carro a su ritmo que no darle la mano al niño y "tirar" de él para que vaya a su paso... es un fastidio que el niño vaya saltando y correteando.

Pero no sólo eso, además, algunos llevan todavía chupete y, todos, algún tipo de caramelo, también por comodidad de la madre: así el niño va calladito y no molesta. (No os sorprendais de la obesidad infantil tan preocupante que hoy existe).

¿Qué pasa con todos estos niños que tienen su creatividad paralizada, que nunca han podido expresarse ni comunicarse? Y cuando ya desesperados lo intentan es a base de gritos, pataletas y llanto... o sea, no existe equilibrio en la relación primera entre un niño con su madre: demasiado estrés.

¿Qué pasa con la madre; que por tener tantas ocupaciones y exigencias consigo misma, se ha vuelto irritable y nerviosa, y ya no disfruta como madre?

¿Qué pasa con la mujer; que ha dejado de ser esclava de otros para ser esclava del sistema y de ella misma?

La mujer se ha metido solita en la trampa; ha pasado de la sumisión total a la figura masculina a la sumisión total del sistema de consumo. Ha pasado de ser esclava de la figura masculina a ser esclava de todo lo externo: la belleza física, el bienestar físico, el estatus social... Hoy en día, según las estadísticas, la mujer consume más alcohol y tabaco que el hombre. La mujer por lo general antepone, su profesión y el dinero, a formar una familia.

Sencillamente, se ha ido al otro extremo. Ha confundido la liberación de género y la búsqueda de la igualdad social por querer igualar (imitar) al hombre en todos sus aspectos mundanos, perdiendo así, lamentablemente, su naturaleza femenina y valores innatos, como si de algo vergonzoso se tratase.

Reflexionemos, ¿Queríamos llegar a ser, en realidad, las personas en que nos hemos convertido? Porque los hombres tienen también muchas cosas en las que pensar para alcanzar la paz interior. ¿no es cierto?

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