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01 julio, 2006

Una rosa es también parte de mí.

Los mecanismos de cómo funciona el ser humano son complicados. Como los de una rosa. Sólo cuando logramos observarnos desde nuestra Conciencia, comenzamos a entenderlos para poder así comprendernos a nosotros mismos, de manera gradual, hasta el día que dejemos este mundo.

A partir del despertar de la Conciencia, podemos hacer un trabajo de deshacer hábitos y desbloquear las energías de experiencias vivenciales que han condicionado nuestra primera infancia y, por ello, toda nuestra vida hasta el presente.

Voy a escenificar que me llamo Conciencia y que tengo la capacidad de observar. Observo que la mente tiene un rol dominante; actua de manera silvestre, en todo momento, sin descanso y muchas veces sin objetivo. Juzga, critica, se queja, duda, recela... pero también fantasea y se escapa muy a menudo de sus responsabilidades. En realidad, su autoritarismo hace que viva, agotada, en conflicto permanente.

A las emociones las veo revolotear como mariposas; tan despreocupadas ellas, tan a lo suyo. A veces llegan a ser tantas, en este espacio pequeño, que resultan agobiantes. Sólo algunas son bellas. Otras, totalmente caducas, desenfocadas o perjudiciales.

La mente quiere razonar pero, por otro lado, el corazón -la parte emotiva- la arrastra y convence de algo. O al revés; es la razón quien domina y exige y somete hasta la asfixia al corazón.

Tomar conciencia de quién soy significa llegar a mi Esencia y alcanzar, gradualmente, la comprensión de los misterios de la vida.

Si el nivel de Conciencia indica el nivel de comprensión de la existencia, ¿cuál es mi nivel de conciencia? ¿En qué medida percibo la Realidad que me rodea? ¿En qué medida VIVO conscientemente mi vida... y aprovecho mi existencia?

Para muchos una rosa es simplemente una flor. Sin embargo, unos cuantos van más allá y ven en ella el misterio de la vida, la plenitud. Sé un observador de tí mismo y de lo que te rodea.

En la medida en que nuestro nivel de Conciencia se amplía, percibimos que las virtudes de la rosa no sólo están en su color y perfume. Sentir que nuestras energías armonizan con su belleza es experimentar la indivisibilidad de todos los seres vivos y el Universo.

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