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02 diciembre, 2011
De adentro a fuera
comprar se ha convertido en la forma de proporcionarnos a nosotros mismos "momentos de felicidad" que, en realidad, se diluyen en el aire muy pronto. Es bien conocida la reacción de salir de compras cuando uno está bajo de ánimo o deprimido...
El caso es que, si no entramos dentro de nosotros mismos para VER qué hay ahí, qué necesitamos interiormente, en qué parte de nosotros se ha creado el vacío. Y dónde y en qué estado se haya nuestro "yo" y nuestro ser esencial... si no paramos nuestra vida exterior por unos momentos para ir al encuentro de nosotros mismos... seguiremos buscando exteriormente eso que creemos es la felicidad y que, tan a menudo, necesitamos suplir por otra cosa nueva o nos decimos que ya "en el futuro" la conseguiremos.
Pero todo eso ya se está derrumbando por el propio peso de su incongruencia y falsedad... el dios dinero pierde brillo y se va al traste... y ahora qué. Se derrumbó la felicidad. Nos decimos amargamente que la felicidad no existe; ya no tenemos poder adquisitivo. No me puedo comprar la casa, no puedo comprarme un coche mejor. No puedo irme de vacaciones al caribe. Soy un desgraciado, qué va a ser de mi?????
Siento muchísimo que la gente esté perdiendo sus empleos y sus casas, sinceramente. Pero esta crisis individual y colectiva no es sólamente económica. Tampoco está pasando por casualidad. El ser humano en general, y hablo de las sociedades desarrolladas, en sus excesos,l soberbia, ignorancia y egoísmo han creado tal desigualdades en el mundo y están gobernando el planeta tan inhumanamente que resulta inevitable tengamos que pararnos y reconstruirnos en todos los aspectos: de dentro a fuera y de fuera hacia adentro.
En primer lugar tomando Conciencia de quiénes somos. Y en segundo lugar, aprendiendo a construir un estado de felicidad estable y permanente basado en la alimentación del espíritu y comunión con el Espíritu Universal. Es entonces cuando nos sentiremos interiormente completos, plenos. La felicidad nace dentro de nosotros cuando actuamos de acuerdo a nuestro corazón.
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