"En un instante de total conciencia se vive una eternidad".
Volví a la playa en la que hace 25 años solía pasear y bañarme en su mar.... Volver la vista atrás, volver a revivir algo pasado siempre me ha dado miedo pero la curiosidad y el deseo se encargaron de romper el miedo.
Como si de una ceremonia se tratase, me adentré en el mar muy lentamente, abierta a las sensaciones; la brisa, el sol en mi piel, el juego vivo del vaivén del agua... Viví entonces un momento sin igual; conseguí desligarme de mi cuerpo y del yo, y salir fuera del espacio-tiempo.
Se liberaron las emociones y fui testigo experimental de la armonía y el gozo y también del poder que da el conocimiento de la Realidad: el Espíritu no tiene edad.
Conseguí, de un viejo pensamiento, crear una nueva inspiración... de un viejo recuerdo y emociones semienterradas, hacer presente el estado de mi espíritu sin edad.
Y al sentirlo -tan vivo y tan fresco- mis células, y por tanto mi cuerpo físico, rejuvenecieron.

... un instante no ocupa tiempo... y sólo en ese instante yo existo.
... sólo estoy viva en los instantes en que soy consciente.
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