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11 abril, 2006

Esta tarde he ido al cine con dos amigas. Me convenció una de ellas que ya la había visto; "Agua", y me dijo era muy buena película. Yo ya había leído sobre el argumento y el escándalo que ocasionó en India pues la directora de la película hace una denuncia de las tradiciones religiosas y de las antiquísimas costumbres que todavía hoy se mantienen vigentes sobre las mujeres viudas que son apartadas de la sociedad sin ningún derecho.

En fin, la película nos muestra con maestría la belleza y la fealdad, la dulzura y la crueldad, la sabiduría de unos pocos y la fatal ignorancia de la inmensa mayoría. Lo terrible de la obediencia sin usar el discernimiento. Y también nos deja ver cómo algunas leyes religiosas o costumbres sociales que por alguna razón se constituyeron hace cientos de años se mantienen firmes, rígidas, sin que nadie, curiosamente, se cuestione para qué son útiles o si todavía son válidas y mucho menos haya nadie que se atreva a cambiarlas.

Ya casi al final, nos muestra a Ghandi diciendo una frase genial: "Creía que Dios era la Verdad... ahora sé que la Verdad es Dios".

Personalmente hace tiempo que me dedico a "ablandar certezas" y me va bastante bien. Me dedico a escuchar con atención pero luego llevo esa información a procesar porque ya pasé por ahí de creerme a ciegas las verdades de otros, presentadas como absolutas.

Aquí en España vamos a ver películas de ese estilo y, no sé, presentando una problemática tan lejana a nuestra mentalidad y al mismo tiempo tan tremenda por las injusticias que se cometen que, aunque sea una denuncia social real y actual, no pasamos de verla como una película. Así que, al salir comentamos "que buena música ¿verdad?". Realmente, la película me pareció magnífica en todos los sentidos... pero salí muy triste del cine.

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