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17 abril, 2006

Hacer la lectura correcta

¿Conocen el cuento del ingeniero que no conseguía trabajo?

Este ingeniero, después de estar dos largos años sin trabajar, se presentó en una gran empresa multinacional con su curriculum para un empleo suculento, al tiempo lo llaman y le informan que había sorteado con éxito todos los requerimientos que la empresa tenía y que estaba cabeza a cabeza con otro candidato peleando el puesto, y que por lo tanto en el transcurso de la semana iba a recibir noticias, si lo que recibía en su casa era un telegrama, eso significaba que no había obtenido el empleo, si no la empresa lo iba a contactar personalmente.
Cuatro días después, el ingeniero recibe en su casa un telegrama, con lo que ya se había trastornado, pero ante la insistencia de su esposa, lo abre y pega un grito de alegría “ No es del trabajo, es mi madre que se murió”.


Hacer una lectura correcta de los acontecimientos no es fácil. Sin querer nos dejamos llevar por las ilusiones.
La mente, manejada por los deseos, es más rápida que la acción misma.

¡No podemos pintar el arcoiris antes de que llueva!

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