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17 junio, 2006



"Cierta vez le preguntó un discípulo a su maestro: ¿Acaso no vivimos, usted y yo, en el mismo mundo objetivo?
- Si -respondió el maestro -, pero tú te ves a ti mismo en el mundo y yo veo al mundo en mí mismo. Ese pequeño cambio perceptual crea una enorme diferencia entre libertad y servidumbre."
.....



Siento como la Energía Superior me está removiendo profundamente. Los miedos suben y bajan del subconsciente a mi mente, así como sensaciones y sentimientos muy antiguos. Proyecciones mentales del pasado que percibo desde una región atemporal de mi cerebro.

La mente, las emociones y sentimientos, mi espíritu, el yo... las energías éstas y aquéllas, el cielo y la tierra, mi yo terrenal y mi ser eterno... ¡Dios! Armonizar y equilibrar todo esto. Alinearlo armónicamente y que fluya. ¡Dios! Ordenar los pensamientos y tener la voluntad de ordenarlos o dejarlos marchar. Percibir y entender lo que percibo. Experimentar y mantenerme sobria y lúcida exteriormente. ¡Dios! Elevarme y al descender no hundirme en la nostalgia... y el ansia por volver a elevarme...

La aceptación se hace más fácil al estar dentro del flujo de la vida. Percibo estoy DENTRO del flujo de la vida. Me abandono porque si no me abandono viene el sufrimiento. El yo se resiste. El ego se resiste. Pero mi Ser eterno, vibra en el fluir universal. Cierro los ojos y percibo la Inmensidad del Todo.

...¿a qué tenía miedo? ¿cuál era mi angustia?...

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