Cualquier acción que nos sintamos forzados a hacer; bajo presión o chantaje emocional, por muy "buena" que pueda ser, no tiene validez.
Las creencias religiosas, por ejemplo, serán MIS creencias cuando yo las experimente como propias y, entonces, las haga mías. Pero, mientras no las experimente, nadie puede obligarme a creer las ideas de otro... por muy buenas que sean.

Nos decimos ser tal persona con tales creencias, pero es falso. ¡Reconócelo!
Tenemos que deshacernos del amor posesivo de los que tienen autoridad sobre nosotros y empezar a discernir, tomar responsabilidades sobre nuestra propia vida, DESDE NUESTRA PROPIA IDENTIDAD Y RESPONSABILIDAD.
Resulta ser que, a medida que hemos ido creciendo, nos han ido entoldando la mente y tildando de esto y aquello ("eres tonto" es lo más común), y cuando te vienes a dar cuenta, eres dueño de un curriculum que no tiene nada que ver con quien eres en realidad.
¡Vaya por Dios! ¿Y ahora qué? ¿Cómo deshacer tal angustia vital?
Empecemos a RECONSTRUIRNOS... y lo primero es recoger de entre los escombros nuestra autoestima. Paso a paso, es posible, darle la vuelta, y abrir los brazos para recibirnos a nosotros mismos, aceptándonos tal cual somos. Pero eso sí, deseando conocernos más y avanzar amándonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario