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26 junio, 2006

¿Por qué elegimos ser infelices?

El ser humano tiene la capacidad de ELEGIR. El Libre albedrío no es nada más que eso: el poder que nos ha sido dado, a través de la Razón y la Intuición, de optar o preferir una cosa por encima de las otras. Saber distinguir, apreciar, discriminar, seleccionar... reconocer... todas estas son palabras que tienen matices bien diferenciables aunque todas ellas se agrupen para dar fuerza y riqueza a este poder que tenemos los humanos y que es coronado por el DISCERNIMIENTO.

Elegir ser feliz no es ninguna quimera. Si no se consigue es porque a la felicidad la buscamos fuera de nosotros mismos. En realidad ni sabemos qué aspecto tiene ni dónde buscarla o cómo encontrarla. Pero la felicidad es un estado espiritual como lo es la alegría y no se encuentra en un lugar: se construye.

Si aprendemos a escuchar a nuestro Ser Esencial (llamado también Niño Interior), él nos ira guiando y nos enseñará las claves de la vida y las condiciones básicas para construir la felicidad y la alegría, desde adentro hacia afuera.

¡Todo es tan sencillo! ... pero preferimos lo exótico y la excitación ante lo novedoso que el esfuerzo por fortalecer los valores que nos dignifican. Preferimos la ignorancia y la indiferencia a la responsabilidad con nosotros mismos. Preferimos no elegir a DESPERTAR del limbo... Preferimos no elegir y vivir impulsivamente, sin orden ni conexión, entregados al exterior, de espaldas a la Realidad.

Esto quiere decir que vivimos una alegria falsa, buscamos una felicidad ilusoria y pasamos por la vida sin conocernos a nosotros mismos y por lo tanto sin haber hecho uso de este maravilloso don que es el Discernimiento y que nos lleva al despertar de la Conciencia y, realmente, a ser LIBRES, porque hacemos uso de nuestra capacidad de ELEGIR.

Elegir es una acción y el acto de elegir requiere de una actitud para que sea una decisión exitosa y fluida.
* En primer lugar debes ser INDEPENDIENTE. Te desharás de los miedos, la negligencia o la poca autoestima que te hacen ir a hombros de otro.
* Buscarás el EQUILIBRIO en tí mismo: Moderación, regularidad, actividad y descanso. Y Amor por tí mismo.
* Sintonizarás con tu cuerpo físico, con tu cuerpo mental y con tu cuerpo espiritual, dándole a cada uno lo que necesita... con mucho Amor.
* MEDITACIÓN. Dedicarás un tiempo cada día para conectar con tu Yo Superior y percibir así, cada día más, tu parte divina; energía que nos enlaza con el Ser Primordial que ES el Amor Incondicional: El TodoMisericordia.

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